Duna ya ha pasado su primer celo. Ha sido un poco tardanera pero por fín ha llegado.
El día 16 de octubre con sus 11 meses recién cumplidos, vi que había manchado un poco en su cuna, y comencé la operación "braguitas". La verdad es que no le han gustado nada, y a mi tampoco. A parte de que al principio no se quería ni mover y su cara de acojone era evidente, a los días noté que le estaban haciendo pequeñas heridas en las ingles y acabé por quitárselas.
La verdad es que no ha sido tan problemático como me habían contado otros dueños de perras. Es cierto que ha estado muy mimosa y un poco quejica, y ha sido el centro de atención de los perros del barrio, pero no ha manchado demasiado y tampoco hemos tenido ningún percance.
Como Vito está castrado desde hace casi un año, no nos ha supuesto ningún problema en casa.
A Vito tuvimos que castrarle porque tenía un testículo inguinal y ya no había posibilidad de que le descendiese, y había riesgos de que desarrollara un tumor por esta causa.
Siguiendo con el celo de Duna, lo más molesto ha sido la atracción fatal hacia otros canes.
Normalmente mis perros suelen tirar mucho cuando vemos algún congénere y a veces también aullan amistosamente si van atados y no les dejo ir.
Pues bien, Duna en estas semanas pasadas ha estado a punto de sacarme un brazo en varias ocasiones y aún nose como no se ha quedado afónica. Aunque si que ha jugado con compañeras femeninas y Vito, ha sido un poco latoso estar preguntando en los paseos, "hembra o macho".
Pero lo peor de todo ha ocurrido esta tarde. Hoy he pasado los peores cinco minutos de mi vida. Cuando yo ya pensaba que la atracción fatal hacia Duna había terminado por esta vez, con el paseo de hoy pienso que igual no ha acabado.
Nos ha seguido un perro hasta el parque, y como todos días he procedido a soltar un rato a Duna y Vito para que corrieran un poco. Había otra perrilla con la que estaban jugando y yo pensaba que el otro perro ya había desaparecido. Pero para mi sorpresa esto no había sido así y Duna y Vito lo han visto y han salido corriendo tras él. Menos mal que también venía mi marido y ha salido corriendo tras Duna porque sino, nose que hubiera sucedido.
Vito ha vuelto en cuanto he tocado el silbato pero Duna ha seguido corriendo tras el otro perro y mi marido detrás. Ha cruzado todo el parque y la carretera, cuando mi marido la llamaba se paraba un segundo y se volvía a mirar pero seguía corriendo tras el otro perro. El otro perro que parecía callejero ante los gritos de mi marido y como iba corriendo tras ellos, huía asustado, hasta que finalmente Duna ha perdido de vista a mi marido y se ha parado y por fin la ha cogido.
Yo mientras esperaba con Vito al otro lado del parque, y lo he pasado francamente mal. Nunca antes se habían escapado hasta perderlos de vista, aunque mi marido en ningún momento ha dejado de verla, pero nose suelen alejar tanto. Vito es bastante más dependiente de nosotros y en cuanto no nos ve o le llamamos vuelve, pero Duna no suele hacer mucho caso a la llamada. Me da mucho miedo que la pueda atropellar un coche o se pueda perder.
Nose si ha sido un caso aislado e influido por su estado de celo o si es desobediencia y volverá hacerlo más veces, pero para por si acaso tendré más cuidado.
